Princesa Guayadeque:
Hace siglos, entre los vientos del Atlántico y las montañas volcánicas de Lanzarote, llegó Guayadeque: una princesa sin corona, fuerte y humilde, que cruzó océanos llevando en su corazón los valores de su tierra natal. Al encontrar un pequeño refugio, lo convirtió en un hogar cálido, lleno de serenidad y hospitalidad, donde los viajeros cansados encontraban mucho más que descanso: un lugar donde sentirse como en casa.
Hoy, nuestros apartamentos rinden homenaje a su legado, ofreciendo un espacio donde tradición, calidez y paz se unen para que vivas Lanzarote desde el alma.
Gente:
En cada rincón de Lanzarote se respira la autenticidad de su gente: personas que, como la Princesa Guayadeque, han sabido preservar sus tradiciones mientras comparten con el mundo su calidez y hospitalidad. Cada sonrisa, cada historia y cada pequeño gesto reflejan el amor por su tierra y por quienes la visitan.
Porque Lanzarote no es solo un lugar, es su gente, su historia y su manera única de hacerte sentir parte de algo especial.
Diseño:
Cada rincón está diseñado con detalles que cuentan una historia: formas orgánicas, tonos cálidos y elementos inspirados en la tierra y el mar. Un equilibrio entre arte y naturaleza que convierte tu estancia en una experiencia única.
Cada rincón está diseñado con detalles que cuentan una historia: formas orgánicas, tonos cálidos y elementos inspirados en la tierra y el mar. Un equilibrio entre arte y naturaleza que convierte tu estancia en una experiencia única.